(Un hombre, con gabardina y sombrero se asoma entre el telón, echa un vistazo al público y se acerca sigilosamente, mirando hacia atrás.)
¿Nunca os habéis parado a pensar en
qué esconden las montañas? ¿Qué misterios aguardan tras su
escarpada figura?¿No os parece extraño que su volumen solamente sea
debido a un conjunto de condiciones orográficas casualmente
establecidas? No, no, tiene que haber algo más, ¡estoy seguro!
Siempre me han tachado de
fantasioso, de no vivir con los pies en la tierra, de solo pensar en
fantasmas e irrealidades, pero yo me pregunto ¿no es más irreal
pensar en qué le voy a decir hoy a mi jefe, qué ropa me pondré en
la cena de esta noche o cuánto son dos más dos? No sé, siempre he
pensado que realmente soy yo el único que mantiene los pies en la
tierra porque precisamente soy el único que se pregunta por ella,
por sus misterios y maravillas, y no la tengo abandonada, usándola
como simple decorado de algo mucho más importante como sacar el
perro, coger el coche, ir de compras, pasar las vacaciones, etcétera,
etcétera, etcétera.
Yo me creo la historia del principito,
pienso que don Quijote no estaba equivocado en ver gigantes en lugar
de molinos...¿y por qué no? ¿Acaso el mundo tiene más sentido si
el día de ayer es igual al de hoy? ¿o que la luna es un satélite?
¿o que dos más dos siguen siendo cuatro? A mí, sinceramente, esas
cuestiones me siguen pareciendo chorradas, lo cual está bastante mal
por mi parte debido a mi condición de...
(Se mira para la vestimenta y se saca la
gabardina y el sombreo que llevaba puesto para revelar una malla
negra con un símbolo de interrogación blanco en el centro del
pecho)
...interrogación. Pero así es, no
puedo evitarlo. Los humanos son los seres más raros que hay sobre la
tierra; se preguntan por qué hora será, si ese pantalón les hace
el culo demasiado grueso, o de si tendrán la cremallera bajada, y se
han olvidado de las preguntas más esenciales. No digo que nunca se
les hayan ocurrido preguntas ingeniosas, mmm, vamos a ver: ¿Ser o no
ser?; o respuestas todavía más escandalosas: pienso, luego existo.
Pero parece que ya se les haya olvidado pensar. Yo opino que creen
que ya lo saben todo, que ya pensaron todo lo que tenían que pensar
y que ya pueden volver tranquilos al duro trabajo de todos los días,
ganando el pan con el sudor de su frente , y nada de tumbarse a la
bartola debajo de un árbol a ver como caen las manzanas...¡no vaya
a ser que se les ocurra alguna idea!
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