Vota mi blog


Dame tu voto en HispaBloggers!

jueves, 14 de diciembre de 2017

De camino a la escuela


Hace fresco esta mañana, me gusta el fresco, me hace sentir limpia y despejada. Está amaneciendo, debo apresurarme, dentro de poco empezará la lección. Mis padres no quieren que vaya a la escuela, dicen que para qué, que ya soy mayor, que puedo ir a la ciudad y trabajar limpiando casas para personas ricas. Pero yo quiero estudiar, me encanta, me gusta mi maestra, es amable conmigo, cree en mí. Ella dice que puedo ser todo lo que me proponga y yo le creo. No pasa ni un alma por la carretera polvorienta, las sombras dan paso a perfiles más nítidos y me tranquilizo un poco. Voy con mil ojos, siempre tensa, miro hacia los lados, me fijo bien dentro de la vegetación por si puedo advertir alguna silueta acechante. Oigo un coche que se acerca por detrás, me pongo nerviosa, mis músculos aprietan mis huesos y mi mandíbula hace rechinar los dientes. Es la furgoneta de mi vecino, pasa de largo y suelto el aire contenido en los pulmones. De repente el coche da un frenazo inesperado, dejando una estela de polvo a su paso que me entra en los ojos y me obliga a frotarlos. Me quedo congelada, mis pies son incapaces de moverse del sitio, quiero correr, esconderme, pero las piernas no responden, es como si ya no me perteneciesen. El coche da marcha atrás y puedo ver cinco hombres dentro, noto sus miradas lascivas, sus sonrisas babosas y puedo imaginar lo que están pensando. Para ellos sólo soy un trozo de carne al que penetrar para su propio gozo. Ahora estoy tirada en un arcén, con las piernas rotas y desangrándome. Ellos se han ido y yo sé que voy a morir sola, quebrada, de camino a la escuela.