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jueves, 14 de diciembre de 2017

De camino a la escuela


Hace fresco esta mañana, me gusta el fresco, me hace sentir limpia y despejada. Está amaneciendo, debo apresurarme, dentro de poco empezará la lección. Mis padres no quieren que vaya a la escuela, dicen que para qué, que ya soy mayor, que puedo ir a la ciudad y trabajar limpiando casas para personas ricas. Pero yo quiero estudiar, me encanta, me gusta mi maestra, es amable conmigo, cree en mí. Ella dice que puedo ser todo lo que me proponga y yo le creo. No pasa ni un alma por la carretera polvorienta, las sombras dan paso a perfiles más nítidos y me tranquilizo un poco. Voy con mil ojos, siempre tensa, miro hacia los lados, me fijo bien dentro de la vegetación por si puedo advertir alguna silueta acechante. Oigo un coche que se acerca por detrás, me pongo nerviosa, mis músculos aprietan mis huesos y mi mandíbula hace rechinar los dientes. Es la furgoneta de mi vecino, pasa de largo y suelto el aire contenido en los pulmones. De repente el coche da un frenazo inesperado, dejando una estela de polvo a su paso que me entra en los ojos y me obliga a frotarlos. Me quedo congelada, mis pies son incapaces de moverse del sitio, quiero correr, esconderme, pero las piernas no responden, es como si ya no me perteneciesen. El coche da marcha atrás y puedo ver cinco hombres dentro, noto sus miradas lascivas, sus sonrisas babosas y puedo imaginar lo que están pensando. Para ellos sólo soy un trozo de carne al que penetrar para su propio gozo. Ahora estoy tirada en un arcén, con las piernas rotas y desangrándome. Ellos se han ido y yo sé que voy a morir sola, quebrada, de camino a la escuela.

martes, 12 de septiembre de 2017

Lo dejaron ahì, tendido

Lo dejaron ahí, tendido, sin rostro ni alma. Le quitaron su identidad y con su carne expuesta al húmedo aire de la mañana lo portearon como estandarte del terror. Pero el terror, cuando ya no queda nada, cuando lo único que queda es levantarse y luchar, cuando para lo único que sirven los puños es para desgarrar el aire y la garganta para aullar el dolor, entonces el terror no puede hacerte daño. Entonces uno se levanta, se seca las lágrimas con el envés del corazòn y odia. Odia hasta no ser uno mismo, porque el amor ya se lo arrebataron. El odio será la cuerda que a uno lo tire hacia adelante. El odio le moverá un pie delante del otro. El odio le hará buscar a los culpables. El odio lo llevará hasta el mismo infierno para ir a buscarlos. Y cuando se haya vengado, entonces, deberá decir adiós a su odio. Deberá saber dejarlo machar.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Nada que perder


Todo comenzó con un pensamiento: ¿Y si...? Después de eso toda su realidad se deshojó como árbol de otoño, se desprendió como muda de serpiente, se desvistió de su antiguo traje deslucido y andrajoso para ponerse uno completamente nuevo, ajustado como un guante. Dejó hojas, muda y vestido viejo sobre el piso y caminó por la vida con la seguridad de aquellos que saben que no tienen nada que perder.

miércoles, 26 de julio de 2017

¿Qué le da sentido a mi vida?

¿Qué le da sentido a mi vida?, ¿a la vida de cualquier ser humano que habita este planeta? A veces me duele a rabiar esta frustración, este no poder saber. Miro a mi alrededor y nada tiene sentido... ¿por qué existimos?, ¿por qué vivimos de esta manera?, ¿por qué centramos nuestra atención en cosas que realmente no tienen importancia si las vemos desde el punto de vista de la existencia? Estamos como drogados, no hace falta tomar ninguna sustancia, simplemente vivimos una vida irreal y no nos damos cuenta. Nos imponen deberes, miedos, un ritmo de vida inhumano, tecnología que nos hace dependientes y creemos ser felices porque tenemos un trabajo estable que no nos gusta, un coche que no nos lleva a donde realmente queremos ir, un móvil que nos hace olvidarnos de comunicarnos con quien realmente nos importa... Me pregunto si algún día nos despertaremos y podremos salir de esta trampa.

lunes, 24 de julio de 2017

La creatividad

La creatividad es la capacidad del ser humano para reinventar su mundo. El imlpuso que redimensiona las partículas dirigiéndolas con la fuerza de la voluntad y el poder de la emoción hacia una meta precisa, material o inmaterial.

viernes, 5 de mayo de 2017

Lo que es arriba es abajo

Lo que es arriba es abajo,
galaxias internas, partículas espejo.
Nada está fuera, que no esté dentro.
El viaje al exterior del universo
es un viaje hacia nosotros mismos.
Al final del camino nos encontraremos
con unos ojos que nos miran,
y serán los nuestros.

martes, 21 de marzo de 2017

La gárgola y el caballo

Hoy he decidido contar una experiencia extracorporal (o metafísica, realmente no sé como calificarla) que me sucedió hace muchos años, más o menos unos 20. Hasta ahora la he contado a muy pocas personas, familiares muy allegados o amigos muy cercanos, quizás por miedo a no ser comprendida o ser tachada de demente. Hoy, a mis 36 años, no me afecta demasiado lo que otros puedan pensar de mí (sobre todo si se trata de desconocidos o de gente que no aprecio) y, en cambio, creo que compartir esta experiencia puede ser  enriquecedor, tanto para mí como para quien me lea, porque estoy segura que muchos han vivido eventos similares y, como yo, no los han compartido por miedo al rechazo o a que no los entendieran. Y, precisamente, del miedo trata esta experiencia, de esa fuerza paralizante y destructora que saca lo peor de nosotros. No hablo del miedo instintivo, corporal, que nos avisa de un peligro real y pone nuestro cuerpo en alerta ante un posible riesgo o ataque; hablo del miedo mental, el que nos hace recrear mil escenas terroríficas que podrían pasarnos.

Por muchos años viví dominada por este miedo, hasta tal punto que mi vida se hizo muy difícil, casi imposible de soportar. A los 24 años pasé un año terrible, donde el pánico y los ataques de ansiedad dominaban mi día a día y cualquier nimiedad se convertía, en mi mente, en un riesgo real para mi vida, hasta tal punto que un psiquiatra me recomendó medicación, la cual rechacé porque, sabía que, aunque vivía dominada por el pánico, la única que podría sacarme de esa situación era yo misma...y así fue. No fue fácil y no digo que lo haya superado del todo, el miedo siempre está acechando, esperando una debilidad para poder asomarse y volver a dominarnos. Creo que, de alguna manera, la experiencia que tuve a los 16 años me ayudó a tener confianza en mí misma y poder superarlo.

Era una adolescente y ya hacía un par de años que venía experimentando experiencias extracorporales, esto es, la sensación de salir de mi cuerpo. Esto ocurría normalmente a primera hora de la mañana o cuando me había levantado en la madrugada para estudiar y me volvía a acostar para descansar un poco. En este estado de duermevela, donde mi cuerpo estaba muy cansado pero mi mente todavía activa, solía sentir como mis pies se levantaban de la superficie de la cama y, seguidamente, las piernas...a este punto todavía podía decidir si quería salir o no y, a veces, me negaba (por miedo o cansancio) pero otras veces me dejaba llevar y una parte de mí (aquella que poseía la consciencia) se desprendía de mi cuerpo físico. A veces me veía durmiendo en la cama, otras veía diferentes habitaciones, una vez llegué hasta el puerto de mi ciudad, a veces veía otras personas. En muchas ocasiones las imágenes se proyectaban desde en centro de mi frente en un círculo iluminado. Esta experiencia que quiero relataros fue un poco diferente y más especial para mí por su significado.

Me encontraba, como muchas noches en mi adolescencia, sobrevolando un espacio desconocido. En este caso era un desierto. Poco a poco me fui acercando a la arena dorada. De repente, vi un juego de sombras que se asemejaba a un rostro, se parecía mucho a la famosa cara de Marte y, la verdad, en aquella época me daba pavor cualquier cosa que tuviera que ver con extraterrestres. Por ello, cuando relacioné las imágenes me empezó a invadir el terror y para escapar de aquella situación abrí los ojos, pero al abrirlos una luz extraña iluminaba mi habitación y en la pared al lado de mi cama se encontraba aquel rostro terrorífico del que trataba de huir. Cuando lo vi mejor empezó a transformarse en la cara de una gárgola, y mi miedo se hizo más grande. No sabía qué hacer, estaba paralizada por el miedo pero, de repente el valor se apoderó de mí y mentalmente le dije que no me podía hacer daño, que yo era más fuerte que ella y, como  gesto simbólico le eché la lengua. En ese momento la cabeza de la gárgola se giró y su perfil se convirtió en una cabeza de caballo blanco que, en relieve, sobresalía de la pared. Empezó a correr por la pared y al llegar a la altura de mis pies salió del muro y giró hacia mi dirección. De repente comenzó a azotar el viento, siempre en dirección hacia mi cabeza, podía sentirlo entre mis cabellos al mismo tiempo que el caballo, a medio metro sobre mí y con un tamaño muy reducido (de unos 30 centímetros de largo) corría hacia mí. Cuando llegó al cabecero de la cama, desapareció por la pared y luz y viento se calmaron hasta desvanecerse.

El significado de esta experiencia, aunque fue claro para mí desde el principo, tardó muchos años en surtir verdadero efecto. He tenido que superar muchos miedos en mi vida. Pero creo que, precisamente los he superado por la enseñanza de la misma. No me he dejado vencer por ellos y he hecho cosas que para mí merecía la pena hacer venciéndolos.

Muchos pueden calificar esta experiencia de sueño, proyección mental, etc, etc...la verdad, para mí no es tan importante al etiqueta sino lo que me dejó.

Espero que os haya gustado esta historia y espero que os deje una enseñanza como me la dejó a mí. Por favor, contad vuestras experiencias para que yo también pueda aprender de ellas.