Reposo posando

Reposo posando en el responso de tu respaldo.
Respondiendo a ideales posibles,
ideales sostenidos por cuatro patas de aire.

Yo sin mi ego

He leído un artículo muy interesante sobre el ego y cómo afecta en nuestra vida diaria. Para entendernos, el ego es esa identidad que nos construimos a lo largo de nuestra vida. Es como el dramaturgo que crea un personaje para una obra de teatro, y acaba creyéndose que es ese personaje.

 La mayoría de nosotros somos víctimas del ego en mayor o menor medida: cuando queremos tener razón a toda costa, cuando nos sentimos víctimas, cuando juzgamos, cuando no perdonamos, etc. El desligarse de este ego, entendiéndolo como algo que forma parte de ti pero que no es "tú" en esencia, supone la paz mental y el fin de los conflictos con el resto de las personas. Esto me llevó a pensar entonces en quién soy yo en esencia. Quién soy si me quito todas las vivencias, las enseñanzas, que he adquirido en mis 32 años de vida. ¿Sería muy diferente si hubiera nacido en una tribu amazónica o e un campo de refugiados en medio de la nada? ¿Habría algo de "mí" que perviviría en una realidad extremamente diferente a la que me ha tocado vivir? Y si fuera así... ¿de dónde viene ese algo?

Karma y Revelación

Desde la infancia he entrado en contacto, gracias a mi madre, con conceptos como karma, reencarnación, vidas pasadas, etc. Claro que tenía una visión muy sesgada de los mismos, y me encantaba fantasear con mis vidas anteriores en las que, como no, sería un personaje histórico importante.

Sobre el karma, me molestaba pensar que lo hecho en vidas anteriores (sobre todo lo negativo) pudiera afectar a mi vida presente. Lo consideraba injusto, ya que si uno no se acuerda de la causa, ¿cómo puede aprender de la consecuencia? Además, lo veía como algo impuesto por un ser externo (quizás por la influencia del catolicismo), lo cual me molestaba todavía más. Esto fue así hasta que un día me vino lo que yo llamo revelación, una idea acompañada de un sentimiento de veracidad, de paz, la cual se amolda perfectamente a mi concepto de mundo (en ese momento) y me hace sentir bien. En este caso la revelación fue que quizás el karma lo establece uno mismo cuando se encuentra en un estado de conciencia diferente y en una dimensión diferente, coincidiendo entre una vida y otra, en la que analizando lo que hizo en su vida pasada decide la consecuencia, no como castigo, sino como una forma de aprender y llegar a su estado esencial, a la conciencia primigenia. Ahora la nueva duda que me entra es por qué se necesita experimentar con la vida algo que ya se es en esencia...pero eso lo dejaremos para otra ocasión.

Leyendo sobre el concepto de karma, me alegró descubrir que budistas e hinduistas tienen una idea parecida a la que yo, en mi ignorancia sobre el tema, había llegado.

Fractales de dios

Fractales de dios somos.
Repeticiones, modelos ínfimos,
pero al fin y al cabo modelos.
Maniquíes con fondo y forma
que crean formas similares.
Todo es reflejo de lo que somos
y deseamos ser.
No hay imposibles, no existen.
No hay negación, no existe.
El mundo de lo relativo
nos absorbe y nos confunde,
pero también nos deja ver.
Ver lo que somos, experimentarnos,
saber qué o quién queremos SER.

Había pensado utilizar este blog par recolectar información sobre alternativas a un sistema que, a mi entender, es mezquino y deshumanizado pero creo que, en cierto modo, lo seguirá siendo, pues...¿qué es más humano, más real y sano que el reflexionar, que el utilizar el lenguaje para escarbar en los resquicios de nuestra mente y llevarnos a diferentes ideas, a otras propuestas y alternativas? Un poco lo hago para obligarme a pensar, y digo PENSAR, con mayúsculas, y no dejarme arrastrar por los minúsculos pensamientos de la rutina diaria. Por otra parte me gustaría que fuese un lugar donde pudiéramos intercambiar ideas, servirnos de musas unos a otros, ya que en estos días la inspiración anda escaseando y sólo se ven repeticiones de la misma cantinela. Espero que juntos podamos construir un nuevo mundo, aunque sea el mundo de las ideas.

Hay días raros

Hay días raros, días de impresiones.
De sentimientos que no son tuyos.
De visiones que no te pertenecen.
Hay días extraños, profundos.
Mezcla de sueño y realidad.
De recuerdos que no reconoces,
de hallazgos de algo que no buscabas.
Y, también, hay días normales,
en los que desearías esa sensación de extrañeza.
Ese sumergirse en lo misterioso,
de evocaciones que son musas,
de ideas que tienen alas.